Introducción
Indice
En este artículo te voy a enseñar cómo evitar y escapar de una agresión, aplicando algunos consejos de defensa personal. La defensa personal es el conjunto de habilidades y técnicas que te permiten protegerte de una amenaza física o verbal, pero lo mejor es no tener que usarla. Por eso, lo primero que debes saber es cómo prevenir una situación de riesgo, cómo actuar si te encuentras con un agresor y cómo liberarte si te agarra o te ataca. Estos consejos te pueden servir tanto si eres hombre como si eres mujer, aunque las mujeres suelen ser más vulnerables a ciertos tipos de agresión. Recuerda que la defensa personal no es solo saber golpear o bloquear, sino también tener una actitud y una mentalidad adecuadas para afrontar el conflicto.
Evitar la defensa personal es la mejor opción
Antes de entrar en materia, quiero dejar claro que el objetivo de este artículo no es enseñarte a pelear, sino a evitarlo. La defensa personal no es un deporte ni un juego, sino una necesidad en casos extremos. Por eso, siempre que puedas, debes evitar la violencia y buscar una solución pacífica al problema. La defensa personal solo debe usarse como último recurso, cuando no hay otra opción y tu vida o tu integridad física están en peligro. No se trata de demostrar tu valentía o tu orgullo, sino de salvaguardar tu seguridad y la de los tuyos. Por eso, el primer consejo que te doy es: evita la defensa personal siempre que puedas.
Llevar el móvil cargado y dar instrucciones a nuestro acompañante de lo que debe de hacer en caso de que le avises, por ejemplo, correr a un lugar seguro
Una forma de evitar la defensa personal es estar preparado y prevenido. Si vas a salir a la calle, especialmente si vas solo o por zonas poco concurridas o peligrosas, debes llevar siempre el móvil cargado y con saldo. El móvil puede ser tu mejor aliado en caso de emergencia, ya que te permite llamar a la policía, a un familiar o a un amigo para pedir ayuda o avisar de tu situación. También puedes usarlo para grabar o fotografiar al agresor o al lugar del incidente, lo que puede servir como prueba o como identificación posterior. Además, si vas acompañado, debes dar instrucciones claras a tu acompañante de lo que debe hacer en caso de que te avise o te vea en apuros. Por ejemplo, puedes decirle que corra a un lugar seguro, que llame al 112 o que busque ayuda de otras personas. Así podrás contar con su apoyo y evitar que se ponga en riesgo innecesariamente.
Escenario de la defensa personal, evita ir por calles oscuras o poco transitadas, valora cada entorno antes de llegar
Otra forma de evitar la defensa personal es elegir bien el escenario por el que te mueves. No es lo mismo caminar por una calle iluminada y concurrida que por un callejón oscuro y solitario. El sentido común te dice que debes evitar las zonas donde hay más probabilidades de encontrarte con un agresor o donde tengas menos posibilidades de escapar o pedir ayuda. Por eso, debes planificar tu ruta con antelación y valorar cada entorno antes de llegar. Si ves algo sospechoso o te sientes incómodo, cambia de dirección o busca una alternativa más segura. No te arriesgues innecesariamente ni confíes en la suerte.
Posibles compinches del agresor a ayuda externa de personas y armas ocultas
Un aspecto importante que debes tener en cuenta al valorar el escenario es la posible presencia de compinches del agresor. A veces, el agresor no actúa solo, sino que cuenta con la colaboración o el apoyo de otras personas que pueden estar ocultas o disimuladas en el entorno. Estos compinches pueden intervenir en el momento más inesperado para ayudar al agresor, para impedir tu huida o para atacarte por sorpresa. Por eso, debes estar atento a los movimientos y las miradas de las personas que te rodean y no fiarte de nadie. También debes tener en cuenta que el agresor puede llevar armas ocultas, como cuchillos, navajas, pistolas, etc. Estas armas pueden aumentar el peligro y la gravedad de la agresión, por lo que debes evitar el contacto físico con el agresor y mantener una distancia prudencial.
Posibles lugares de refugio ante un evento de defensa personal
Una vez que has valorado el escenario, debes identificar los posibles lugares de refugio a los que puedas acudir en caso de que se produzca una agresión. Estos lugares pueden ser comercios, bares, restaurantes, gasolineras, comisarías, hospitales, etc. Lo importante es que sean lugares donde haya gente, donde puedas pedir ayuda o donde puedas protegerte del agresor. También puedes buscar lugares donde haya cámaras de seguridad, alarmas o teléfonos públicos. Estos lugares pueden disuadir al agresor o facilitar tu rescate. Debes memorizar estos lugares y tenerlos en cuenta a la hora de planificar tu ruta o tu huida.
Armas de fortuna en la defensa personal, valorar las que hay en el entorno o llevamos, qué son y su potencial
A pesar de todas las precauciones que tomes, puede darse el caso de que te encuentres con un agresor y tengas que defenderte. En ese momento, puedes recurrir a las armas de fortuna, es decir, a los objetos que tengas a mano o que encuentres en el entorno y que puedas usar para defenderte o para atacar al agresor. Estas armas pueden ser muy variadas y dependen de la situación y de la imaginación. Algunos ejemplos son: llaves, bolígrafos, paraguas, botellas, piedras, palos, etc. Estas armas pueden servir para golpear, cortar, pinchar o lanzar al agresor, causándole dolor o distracción y dándote una ventaja o una oportunidad para escapar. Sin embargo, debes valorar bien el uso de estas armas, ya que también pueden tener inconvenientes o riesgos. Por ejemplo: pueden fallar, romperse o perderse; pueden provocar una reacción violenta del agresor; pueden ser usadas en tu contra; pueden causar daños excesivos o innecesarios; pueden implicarte legalmente; etc. Por eso, debes usar las armas de fortuna con criterio y responsabilidad.
Qué son las armas de fortuna y cómo usarlas
Las armas de fortuna son objetos cotidianos que puedes usar como armas improvisadas en una situación de defensa personal. Estos objetos pueden ser los que llevas encima o los que encuentras en el entorno. Lo importante es que sepas identificarlos y aprovecharlos para tu beneficio. Para usar las armas de fortuna debes seguir estos pasos:
- Observa el entorno y busca objetos que puedan servirte como arma. Pueden ser objetos duros, afilados, punzantes o pesados.
- Elije el objeto más adecuado según la distancia, el tamaño y el tipo de agresor. No todos los objetos sirven para todas las situaciones.
- Toma el objeto con firmeza y seguridad. No lo muestres ni lo amenaces con él. Úsalo solo cuando sea necesario.
- Apunta al objetivo con precisión y rapidez. El objetivo debe ser una parte sensible o vulnerable del agresor.
- Golpea con fuerza y decisión. No dudes ni te arrepientas. El golpe debe ser efectivo y contundente.
- Aprovecha el efecto del golpe para escapar o para seguir atacando si es necesario. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
- Despréndete del objeto cuando ya no lo necesites o cuando pueda perjudicarte. No te encariñes ni te apegues al objeto.
El efecto túnel
El efecto túnel es un fenómeno psicológico que se produce en situaciones de estrés o de peligro, como puede ser una agresión. Consiste en que la atención se centra en un solo punto o elemento, ignorando o desatendiendo el resto de la información disponible. El efecto túnel puede tener ventajas y desventajas en una situación de defensa personal. Por un lado, puede ayudar a concentrarse en el objetivo y a actuar con rapidez y determinación. Por otro lado, puede impedir ver el panorama completo y anticipar las consecuencias o los riesgos.
Cómo aprovechar el efecto túnel
Para aprovechar el efecto túnel debes seguir estos consejos:
- Usa el efecto túnel para focalizar tu atención en el agresor y en tu plan de acción. No te distraigas con otros estímulos ni con pensamientos negativos.
- Usa el efecto túnel para aumentar tu confianza y tu motivación. Piensa que eres capaz de defenderte y de escapar. No te rindas ni te des por vencido.
- Usa el efecto túnel para potenciar tu adrenalina y tu energía. Aprovecha el impulso que te da el estrés para actuar con fuerza y velocidad. No te paralices ni te bloquees.
Cómo evitar el efecto túnel
Para evitar el efecto túnel debes seguir estos consejos:
- No pierdas de vista el entorno y los posibles cambios. Fíjate si hay más agresores, armas, obstáculos, salidas, etc. Adapta tu estrategia según las circunstancias.
- No olvides las consecuencias de tus acciones. Piensa en las posibles reacciones del agresor, en los daños que puedes causar o sufrir, en las implicaciones legales, etc. Actúa con criterio y responsabilidad.
- No descuides tu respiración y tu ritmo cardíaco. Respira profundamente y con regularidad para oxigenar tu cerebro y tu cuerpo. Controla tu pulso para no acelerarte ni agotarte.
Advertencias verbales en defensa personal, antes de nada
Las advertencias verbales son las palabras o expresiones que usas para comunicarte con el agresor en una situación de defensa personal. Las advertencias verbales pueden tener varios objetivos, como por ejemplo:
- Disuadir al agresor de su intención. Puedes intentar convencer al agresor de que no te ataque, de que no vale la pena, de que se arrepentirá, etc.
- Negociar con el agresor una solución pacífica. Puedes intentar llegar a un acuerdo con el agresor, ofrecerle algo a cambio, pedirle tiempo, etc.
- Avisar al agresor de tus intenciones. Puedes advertir al agresor de que estás dispuesto a defenderte, de que sabes defensa personal, de que tienes un arma, etc.
- Alertar a otras personas de la situación. Puedes pedir ayuda a gritos, llamar la atención de los transeúntes, avisar a la policía, etc.
Las advertencias verbales pueden ser muy útiles en una situación de defensa personal, ya que pueden evitar o reducir la violencia, ganar tiempo o conseguir apoyo. Sin embargo, también pueden tener inconvenientes o riesgos, como por ejemplo: pueden irritar o enfurecer al agresor; pueden revelar información o debilidades; pueden ser ignoradas o desoídas; pueden ser falsas o incoherentes; etc. Por eso, debes usar las advertencias verbales con cuidado y criterio.
Cómo usar las advertencias verbales
Para usar las advertencias verbales debes seguir estos consejos:
- Usa un tono firme pero tranquilo. No grites ni susurres. No te muestres agresivo ni sumiso. No insultes ni amenaces al agresor.
- Usa un lenguaje claro y directo. No uses palabras rebuscadas ni ambiguas. No te enrolles ni te contradigas. No mientas ni exageres.
- Usa un lenguaje adecuado al contexto y al agresor. No uses palabras que puedan ofender o herir al agresor por su sexo, edad, raza, religión, etc. No uses palabras que puedan ser malinterpretadas o que tengan doble sentido.
- Usa un lenguaje coherente con tu postura gestual y tu actitud. No digas una cosa y hagas otra. No digas una cosa y pienses otra. No digas una cosa y sientas otra.
Ejemplos de advertencias verbales
A continuación te muestro algunos ejemplos de advertencias verbales según el objetivo que se persiga:
Objetivo | Advertencia verbal |
---|---|
Disuadir al agresor de su intención | «No te conviene hacer eso. Te vas a meter en un lío. Piénsalo bien antes de actuar». |
Negociar con el agresor una solución pacífica | «Vamos a calmarnos y a hablar. Seguro que podemos llegar a un acuerdo. Dime qué quieres y veremos qué podemos hacer». |
Avisar al agresor de tus intenciones | «No quiero pelear contigo, pero si me atacas me voy a defender. Sé defensa personal y no me voy a dejar hacer daño». |
Alertar a otras personas de la situación | «¡Socorro! ¡Me están atacando! ¡Llamen a la policía! ¡Ayúdenme por favor!» |
Postura de defensa con manos elevadas y un pie adelante
Si no has podido evitar la agresión y tienes que defenderte, debes adoptar una postura de defensa que te permita protegerte y reaccionar ante el ataque. La postura de defensa con manos elevadas y un pie adelante es una de las más básicas y efectivas en una situación de defensa personal. Consiste en colocar tu cuerpo ligeramente de lado, con un pie adelantado y otro retrasado, y levantar las manos a la altura del pecho, con las palmas hacia fuera. Esta postura tiene varias ventajas, como por ejemplo:
- Te da más estabilidad y movilidad, ya que puedes desplazarte hacia delante, hacia atrás o hacia los lados con facilidad.
- Te permite proteger tu cara y tu cuello, que son las partes más sensibles y vulnerables de tu cuerpo.
- Te permite bloquear o golpear con ambas manos, ya sea con las palmas, los puños o los dedos.
- Te permite usar las piernas para patear o para huir si es necesario.
- Te permite disimular tu intención de defenderte o de atacar, ya que parece una postura natural y no agresiva.
Cómo adoptar la postura de defensa con manos elevadas y un pie adelante
Para adoptar la postura de defensa con manos elevadas y un pie adelante debes seguir estos pasos:
- Gira tu cuerpo ligeramente hacia el lado contrario al que escribes. Si eres diestro, gira hacia la izquierda; si eres zurdo, gira hacia la derecha.
- Adelanta el pie del mismo lado que escribes y retrasa el otro pie. Si eres diestro, adelanta el pie derecho; si eres zurdo, adelanta el pie izquierdo.
- Separa los pies a la anchura de los hombros y flexiona ligeramente las rodillas. Esto te dará más equilibrio y amortiguación.
- Levanta las manos a la altura del pecho y separa los dedos. Coloca las palmas hacia fuera y los codos hacia dentro. Esto te permitirá proteger tu cara y tu cuello, y prepararte para bloquear o golpear.
- Mira al agresor a los ojos, pero sin fijarte demasiado. Esto te permitirá estar atento a sus movimientos y a sus intenciones, y transmitirle confianza y respeto.
- Respira profundamente y con regularidad. Esto te permitirá relajar tu cuerpo y tu mente, y oxigenar tus músculos y tu cerebro.
Qué es la distancia de seguridad y cómo mantenerla
La distancia de seguridad es el espacio que debes mantener entre tú y el agresor en una situación de defensa personal. La distancia de seguridad te permite tener tiempo para reaccionar ante un ataque, evitar el contacto físico con el agresor y preparar tu defensa o tu huida. La distancia de seguridad depende de varios factores, como el tamaño, la velocidad y el alcance del agresor, el tipo de arma que usa o que llevas, el entorno en el que te encuentras, etc. No hay una medida exacta para la distancia de seguridad, pero se suele estimar entre 1 y 2 metros.
El posible agresor querrá entrar en tu distancia de seguridad con alguna llamada de atención, ejemplo, si dice: «Oye, ¿sabes qué hora es? Es que se me ha roto el reloj y tengo una cita importante».
Tú le respondes: «No lo sé, lo siento. No llevo reloj ni móvil». Y sigues tu camino sin distraerte ni sacar ningún objeto de valor.
Cómo medir la distancia de seguridad
Para medir la distancia de seguridad debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en su altura, su peso, su complexión, su forma de moverse, etc. Esto te dará una idea de su potencia y su rapidez.
- Observa el arma que usa el agresor o que llevas tú. Puede ser un arma blanca, un arma de fuego, un objeto contundente, etc. Esto te dará una idea de su alcance y su peligrosidad.
- Observa el entorno en el que te encuentras. Puede ser un espacio abierto o cerrado, con obstáculos o sin ellos, con salidas o sin ellas, etc. Esto te dará una idea de tu movilidad y tus opciones.
- Estima la distancia que hay entre tú y el agresor. Puedes usar como referencia tu brazo extendido, tu pierna extendida, tu paso normal, etc. Esto te dará una medida aproximada de la distancia.
- Ajusta la distancia según los factores anteriores. Si el agresor es grande, rápido o tiene un arma larga o peligrosa, aumenta la distancia. Si el entorno es estrecho, con obstáculos o sin salidas, reduce la distancia.
Cómo mantener la distancia de seguridad
Para mantener la distancia de seguridad debes seguir estos consejos:
- No pierdas de vista al agresor ni le des la espalda. Esto te permitirá anticiparte a sus movimientos y reaccionar a tiempo.
- No te quedes quieto ni te muevas al azar. Desplázate con pasos cortos y rápidos, cambiando de dirección y de ritmo. Esto te permitirá controlar el espacio y sorprender al agresor.
- No te acerques ni te alejes demasiado del agresor. Si te acercas demasiado, te expones a su ataque. Si te alejas demasiado, le das ventaja o le invitas a perseguirte.
- No te pongas en una posición desfavorable o peligrosa. Evita quedar acorralado, rodeado, en inferioridad, etc. Busca una posición ventajosa o segura.
Qué son las distancias de lucha y cuál nos interesa
Las distancias de lucha son los rangos de espacio que se establecen entre tú y el agresor en una situación de defensa personal. Las distancias de lucha determinan el tipo de ataque o de defensa que se puede usar en cada momento, así como las ventajas y los inconvenientes que se pueden tener. Hay cuatro distancias de lucha principales, que son:
- Distancia larga. Es la distancia que hay cuando no se puede alcanzar al agresor ni con las manos ni con los pies. En esta distancia se puede usar armas de fuego, armas arrojadizas o proyectiles.
- Distancia media. Es la distancia que hay cuando se puede alcanzar al agresor con los pies o con las manos extendidas. En esta distancia se puede usar patadas, puñetazos, armas blancas o armas contundentes.
- Distancia corta. Es la distancia que hay cuando se puede alcanzar al agresor con los codos, las rodillas o la cabeza. En esta distancia se puede usar codazos, rodillazos, cabezazos, mordiscos o estrangulamientos.
- Distancia de agarre. Es la distancia que hay cuando se está en contacto directo con el agresor y se puede agarrar o ser agarrado. En esta distancia se puede usar llaves, proyecciones, luxaciones o inmovilizaciones.
La distancia de lucha que nos interesa depende de varios factores, como el tamaño, la fuerza y el alcance del agresor, el tipo de arma que usa o que llevamos, el entorno en el que nos encontramos, etc. No hay una distancia de lucha ideal para todas las situaciones, pero se suele preferir la distancia media, ya que permite mantener una distancia de seguridad y usar técnicas simples y efectivas.
Cómo medir las distancias de lucha
Para medir las distancias de lucha debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en su altura, su peso, su complexión, su forma de moverse, etc. Esto te dará una idea de su potencia y su rapidez.
- Observa el arma que usa el agresor o que llevas tú. Puede ser un arma blanca, un arma de fuego, un objeto contundente, etc. Esto te dará una idea de su alcance y su peligrosidad.
- Observa el entorno en el que te encuentras. Puede ser un espacio abierto o cerrado, con obstáculos o sin ellos, con salidas o sin ellas, etc. Esto te dará una idea de tu movilidad y tus opciones.
- Estima la distancia que hay entre tú y el agresor. Puedes usar como referencia tu brazo extendido, tu pierna extendida, tu paso normal, etc. Esto te dará una medida aproximada de la distancia.
- Compara la distancia con los rangos de las distancias de lucha. Puedes usar como referencia tu mano abierta (distancia larga), tu puño cerrado (distancia media), tu codo doblado (distancia corta) o tu mano agarrada (distancia de agarre).
Cómo cambiar las distancias de lucha
Para cambiar las distancias de lucha debes seguir estos consejos:
- Elije la distancia de lucha que más te convenga según los factores anteriores. Si el agresor es grande, rápido o tiene un arma larga o peligrosa, elige la distancia larga o media. Si el entorno es estrecho, con obstáculos o sin salidas, elige la distancia corta o de agarre.
- Mantén o modifica la distancia de lucha según tu plan de acción. Si quieres evitar o escapar
de la agresión, mantén la distancia larga o media. Si quieres defenderte o atacar al agresor, reduce la distancia corta o de agarre. - Usa las técnicas adecuadas para cada distancia de lucha. No uses las mismas técnicas para todas las distancias. Adapta tu repertorio según el rango de espacio que tengas.
- Anticípate a los cambios de distancia del agresor. No esperes a que el agresor cambie la distancia de lucha a su favor. Sé el primero en tomar la iniciativa y sorprender al agresor.
Expulsión del agresor si entra en nuestra distancia de seguridad
Si el agresor logra entrar en tu distancia de seguridad y te amenaza o te ataca, debes actuar con rapidez y decisión para expulsarlo de tu espacio y recuperar tu ventaja. La expulsión del agresor consiste en usar una técnica de defensa personal que le cause dolor, daño o distracción, y que te permita alejarlo de ti o crear una oportunidad para escapar o contraatacar. La expulsión del agresor puede ser de varios tipos, como por ejemplo:
- Empujar al agresor con las manos, los brazos o el cuerpo. Esto puede hacerle perder el equilibrio o la posición.
- Golpear al agresor con las manos, los pies, los codos, las rodillas o la cabeza. Esto puede hacerle sangrar, romperle un hueso o dejarle inconsciente.
- Pellizcar, arañar, morder o tirar del pelo al agresor. Esto puede hacerle soltar un arma, un agarre o una prenda.
- Presionar, torcer o golpear un punto sensible o vulnerable del agresor. Esto puede hacerle sentir un dolor intenso o una sensación desagradable.
La expulsión del agresor debe ser rápida, contundente y efectiva. No debes dudar ni titubear en tu acción. No debes tener piedad ni compasión con el agresor. No debes quedarte paralizado ni esperar su reacción.
Cómo expulsar al agresor si entra en tu distancia de seguridad
Para expulsar al agresor si entra en tu distancia de seguridad debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en su posición, su movimiento, su arma, su intención, etc. Esto te permitirá elegir la técnica más adecuada para expulsarlo.
- Elije el objetivo al que vas a dirigir tu técnica. El objetivo debe ser una parte sensible o vulnerable del agresor, como los ojos, la nariz, el mentón, la garganta, los genitales, las rodillas, etc.
- Ejecuta la técnica con precisión y fuerza. No falles ni te contengas en tu acción. El golpe debe ser efectivo y contundente.
- Aprovecha el efecto de la técnica para alejar al agresor o para escapar o contraatacar si es necesario. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
Ejemplos de técnicas para expulsar al agresor
A continuación te muestro algunos ejemplos de técnicas para expulsar al agresor si entra en tu distancia de seguridad:
Tipo | Técnica | Objetivo |
---|---|---|
Empujar | Empujar con las palmas de las manos al pecho del agresor. | Hacerle retroceder o caer al suelo. |
Golpear | Golpear con el puño cerrado al mentón del agresor. | Hacerle sangrar, romperle la mandíbula o dejarle inconsciente. |
Pellizcar | Pellizcar con los dedos la oreja del agresor. | Hacerle soltar un arma, un agarre o una prenda. |
Presionar | Presionar con el dedo pulgar el ojo del agresor. | Hacerle sentir un dolor intenso o una sensación desagradable. |
Si después de los pasos anteriores el agresor persiste, patada sorpresa a su rodilla y huida al punto de refugio visto antes
Si has seguido todos los pasos anteriores y el agresor sigue amenazándote o atacándote, debes usar una técnica de defensa personal que le cause un daño grave o definitivo, y que te permita escapar al punto de refugio que habías identificado antes. Una de las técnicas más efectivas y sencillas es la patada sorpresa a la rodilla. Consiste en dar una patada rápida y fuerte a la rodilla del agresor, con el objetivo de romperle el ligamento o el hueso. Esta técnica puede dejar al agresor incapacitado o inmovilizado, y darte una ventaja para huir.
Cómo dar una patada sorpresa a la rodilla
Para dar una patada sorpresa a la rodilla debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en su posición, su movimiento, su arma, su intención, etc. Esto te permitirá elegir el momento y el ángulo más adecuados para dar la patada.
- Elije la rodilla a la que vas a dirigir tu patada. La rodilla debe ser la más cercana o la más expuesta al agresor. Puede ser la derecha o la izquierda.
- Ejecuta la patada con rapidez y fuerza. No avises ni telegrafíes tu acción. La patada debe ser sorpresiva e imparable.
- Aprovecha el efecto de la patada para escapar al punto de refugio que habías identificado antes. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
Ejemplos de cómo dar una patada sorpresa a la rodilla
A continuación te muestro algunos ejemplos de cómo dar una patada sorpresa a la rodilla según la posición del agresor:
Posición del agresor | Tipo de patada | Rodilla objetivo |
---|---|---|
El agresor está de frente, con las piernas separadas y los pies paralelos. | Patada frontal con el empeine o con el talón. | La rodilla más cercana o la más débil. |
El agresor está de lado, con una pierna adelantada y otra retrasada. | Patada lateral con el borde externo o interno del pie. | La rodilla de la pierna adelantada o retrasada. |
El agresor está de espaldas, con las piernas juntas o cruzadas. | Patada trasera con el talón o con la planta del pie. | La rodilla más cercana o la más expuesta. |
Partes con las que golpeamos y técnicas de golpe; el codo, la cabeza, la rodilla
Cuando tienes que defenderte o atacar al agresor en una situación de defensa personal, puedes usar diferentes partes de tu cuerpo para golpearle y causarle daño. Algunas de las partes más efectivas y potentes son el codo, la cabeza y la rodilla. Estas partes tienen varias ventajas, como por ejemplo:
- Son duras y resistentes, por lo que pueden golpear sin lesionarse ni romperse.
- Son rápidas y precisas, por lo que pueden golpear sin fallar ni perder tiempo.
- Son sorpresivas e impredecibles, por lo que pueden golpear sin avisar ni ser bloqueadas.
- Son versátiles y adaptables, por lo que pueden golpear en diferentes direcciones y ángulos.
Para usar estas partes debes conocer las técnicas de golpe adecuadas para cada una de ellas
Los puntos débiles del agresor; los ojos, la nariz, el mentón, la garganta, los genitales, las rodillas
Los puntos débiles del agresor son las partes de su cuerpo que son más sensibles o vulnerables al dolor o al daño. Si golpeas estos puntos con una técnica adecuada, puedes causarle al agresor una lesión grave o incapacitante, y darte una ventaja para escapar o contraatacar. Algunos de los puntos débiles más comunes y efectivos son:
- Los ojos. Son muy sensibles a la luz, al polvo, al aire y al contacto. Si presionas, pinchas o golpeas los ojos del agresor, puedes hacerle llorar, sangrar, perder la visión o quedar ciego.
- La nariz. Es muy frágil y está llena de terminaciones nerviosas. Si golpeas la nariz del agresor con el puño, la palma, el codo o la cabeza, puedes hacerle sangrar, romperle el hueso o el cartílago, o causarle un shock.
- El mentón. Es el punto de apoyo de la mandíbula y está conectado con el cerebro. Si golpeas el mentón del agresor con el puño, la palma, el codo o la cabeza, puedes hacerle perder el equilibrio, romperle los dientes o la mandíbula, o dejarle inconsciente.
- La garganta. Es el conducto por el que pasa el aire y el alimento. Si presionas, golpeas o estrangulas la garganta del agresor con los dedos, la mano, el codo o el antebrazo, puedes hacerle toser, ahogarse, asfixiarse o morir.
- Los genitales. Son los órganos sexuales masculinos o femeninos. Si pellizcas, arañas, muerdes o golpeas los genitales del agresor con los dedos, la mano, la rodilla o el pie, puedes hacerle sentir un dolor intenso, una náusea, un vómito o una esterilidad.
- Las rodillas. Son las articulaciones que unen los huesos de las piernas y permiten su movimiento. Si pateas, golpeas o torces las rodillas del agresor con el pie, la rodilla, el codo o la mano, puedes hacerle romper el ligamento, el menisco o el hueso, o quedar cojo.
Cómo identificar los puntos débiles del agresor
Para identificar los puntos débiles del agresor debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en su posición, su movimiento, su arma, su intención, su forma de vestir, etc. Esto te permitirá elegir el punto débil más adecuado para atacar.
- Elije el punto débil que sea más accesible o expuesto al agresor. No todos los puntos débiles están al mismo nivel ni al mismo alcance. Busca el que esté más cerca o más descubierto.
- Elije el punto débil que sea más sensible o vulnerable al agresor. No todos los puntos débiles causan el mismo efecto ni el mismo daño. Busca el que le provoque más dolor o más lesión.
Cómo atacar los puntos débiles del agresor
Para atacar los puntos débiles del agresor debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en su posición, su movimiento, su arma, su intención, su forma de vestir, etc. Esto te permitirá elegir la técnica más adecuada para atacar.
- Elije la técnica que se adapte mejor al punto débil que vas a atacar. La técnica debe ser rápida, precisa y contundente. Puede ser un golpe, una presión, un pellizco, etc.
- Ejecuta la técnica con rapidez y fuerza. No avises ni telegrafíes tu acción. La técnica debe ser sorpresiva e imparable.
- Aprovecha el efecto de la técnica para escapar o para seguir atacando si es necesario. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
Cuatro llaves de suelta de; manos, pecho, cuello y por detrás
Las llaves de suelta son las técnicas de defensa personal que te permiten liberarte de un agarre del agresor. Un agarre es cuando el agresor te sujeta con una o ambas manos alguna parte de tu cuerpo, como las manos, el pecho, el cuello o por detrás. Un agarre puede tener varios objetivos, como por ejemplo: impedir tu movimiento o tu defensa, acercarte o alejarte del agresor, causarte dolor o daño, intimidarte o dominarte, etc. Para liberarte de un agarre debes usar una llave de suelta adecuada a cada situación. Una llave de suelta consiste en usar una técnica de defensa personal que rompa el agarre del agresor y que te permita alejarte o contraatacar. Algunas de las llaves de suelta más efectivas y sencillas son:
Llave de suelta de manos
Esta llave te permite liberarte cuando el agresor te agarra una o ambas manos con una o ambas manos. Consiste en girar tu mano hacia el hueco que queda entre el pulgar y el índice del agresor, aprovechando la debilidad de su agarre. Esta llave tiene varias ventajas, como por ejemplo:
- Es fácil y rápida de ejecutar, ya que solo requiere un movimiento simple y natural.
- Es discreta y no provocativa, ya que no implica ningún golpe ni ninguna fuerza bruta.
- Es versátil y adaptable, ya que se puede usar en diferentes posiciones y direcciones.
- Es efectiva e indolora, ya que rompe el agarre del agresor sin causarle ningún daño ni ninguna reacción violenta.
Cómo ejecutar la llave de suelta de manos
Para ejecutar la llave de suelta de manos debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en cómo te agarra la mano. Puede ser con una mano o con dos, por encima o por debajo, por la muñeca o por los dedos, etc.
- Elije la dirección hacia la que vas a girar tu mano. La dirección debe ser hacia el hueco que queda entre el pulgar y el índice del agresor. Puede ser hacia arriba o hacia abajo, hacia dentro o hacia fuera, según la posición del agarre.
- Ejecuta el giro con rapidez y decisión. No avises ni telegrafíes tu acción. El giro debe ser sorpresivo e imparable.
- Aprovecha el efecto del giro para soltar tu mano o para seguir atacando si es necesario. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
Ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta de manos
A continuación te muestro algunos ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta de manos según el tipo de agarre:
Tipo de agarre | Dirección del giro | |
---|---|---|
El agresor te agarra la mano derecha con su mano derecha por encima. | Gira tu mano hacia arriba y hacia fuera. | |
El agresor te agarra la mano izquierda con su mano izquierda por debajo. | Gira tu mano hacia abajo y hacia dentro. | |
El agresor te agarra las dos manos con sus dos manos por las muñecas. | Gira tus manos hacia arriba y hacia fuera. | |
El agresor te agarra los dedos con una mano y te tuerce la muñeca con la otra. | Gira tu mano hacia abajo y hacia dentro. |
Llave de suelta de pecho
Esta llave te permite liberarte cuando el agresor te agarra el pecho con una o ambas manos. Consiste en golpear el codo del agresor con tu mano, aprovechando la debilidad de su articulación. Esta llave tiene varias ventajas, como por ejemplo:
- Es fácil y rápida de ejecutar, ya que solo requiere un movimiento corto y directo.
- Es discreta y no provocativa, ya que no implica ningún golpe a la cara ni ninguna fuerza bruta.
- Es versátil y adaptable, ya que se puede usar en diferentes posiciones y direcciones.
- Es efectiva e indolora, ya que rompe el agarre del agresor sin causarle ningún daño ni ninguna reacción violenta.
Cómo ejecutar la llave de suelta de pecho
Para ejecutar la llave de suelta de pecho debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en cómo te agarra el pecho. Puede ser con una mano o con dos, por encima o por debajo, por el centro o por los lados, etc.
- Elije el codo al que vas a golpear con tu mano. El codo debe ser el más cercano o el más expuesto al agresor. Puede ser el derecho o el izquierdo.
- Ejecuta el golpe con rapidez y fuerza. No avises ni telegrafíes tu acción. El golpe debe ser sorpresivo e imparable.
- Aprovecha el efecto del golpe para soltar tu pecho o para seguir atacando si es necesario. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
Ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta de pecho
A continuación te muestro algunos ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta de pecho según el tipo de agarre:
Tipo de agarre | Codo objetivo | |
---|---|---|
El agresor te agarra el pecho derecho con su mano derecha por encima. | Golpea su codo derecho con tu mano izquierda por el lado externo. | |
El agresor te agarra el pecho izquierdo con su mano izquierda por debajo. | Golpea su codo izquierdo con tu mano derecha por el lado interno. | |
El agresor te agarra los dos pechos con sus dos manos por el centro. | Golpea sus dos codos con tus dos manos por los lados externos. | |
El agresor te agarra el pecho por los lados con sus dos manos y te aprieta. | Golpea sus dos codos con tus dos manos por los lados internos. |
Llave de suelta de cuello
Esta llave te permite liberarte cuando el agresor te agarra el cuello con una o ambas manos. Consiste en golpear la mano del agresor con tu mano, aprovechando la debilidad de su agarre. Esta llave tiene varias ventajas, como por ejemplo:
- Es fácil y rápida de ejecutar, ya que solo requiere un movimiento corto y directo.
- Es discreta y no provocativa, ya que no implica ningún golpe a la cara ni ninguna fuerza bruta.
- Es versátil y adaptable, ya que se puede usar en diferentes posiciones y direcciones.
- Es efectiva e indolora, ya que rompe el agarre del agresor sin causarle ningún daño ni ninguna reacción violenta.
Cómo ejecutar la llave de suelta de cuello
Para ejecutar la llave de suelta de cuello debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en cómo te agarra el cuello. Puede ser con una mano o con dos, por delante o por detrás, por la garganta o por la nuca, etc.
- Elije la mano a la que vas a golpear con tu mano. La mano debe ser la más cercana o la más expuesta al agresor. Puede ser la derecha o la izquierda.
- Ejecuta el golpe con rapidez y fuerza. No avises ni telegrafíes tu acción. El golpe debe ser sorpresivo e imparable.
- Aprovecha el efecto del golpe para soltar tu cuello o para seguir atacando si es necesario. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
Ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta de cuello
A continuación te muestro algunos ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta de cuello según el tipo de agarre:
Tipo de agarre | Mano objetivo | |
---|---|---|
El agresor te agarra el cuello con su mano derecha por delante y te aprieta la garganta. | Golpea su mano derecha con tu mano izquierda por el lado externo. | |
El agresor te agarra el cuello con su mano izquierda por detrás y te tira hacia atrás. | Golpea su mano izquierda con tu mano derecha por el lado interno. | |
El agresor te agarra el cuello con sus dos manos por delante y te aprieta la garganta. | Golpea sus dos manos con tus dos manos por los lados externos. | |
El agresor te agarra el cuello con sus dos manos por detrás y te tira hacia atrás. | Golpea sus dos manos con tus dos manos por los lados internos. |
Llave de suelta por detrás
Esta llave te permite liberarte cuando el agresor te agarra por detrás con una o ambas manos. Consiste en golpear el pie del agresor con tu pie, aprovechando la debilidad de su equilibrio. Esta llave tiene varias ventajas, como por ejemplo:
- Es fácil y rápida de ejecutar, ya que solo requiere un movimiento corto y directo.
- Es discreta y no provocativa, ya que no implica ningún golpe a la cara ni ninguna fuerza bruta.
- Es versátil y adaptable, ya que se puede usar en diferentes posiciones y direcciones.
- Es efectiva e indolora, ya que rompe el agarre del agresor sin causarle ningún daño ni ninguna reacción violenta.
Cómo ejecutar la llave de suelta por detrás
Para ejecutar la llave de suelta por detrás debes seguir estos pasos:
- Observa al agresor y fíjate en cómo te agarra por detrás. Puede ser con una mano o con dos, por la cintura o por los brazos, por el cuerpo o por la ropa, etc.
- Elije el pie al que vas a golpear con tu pie. El pie debe ser el más cercano o el más expuesto al agresor. Puede ser el derecho o el izquierdo.
- Ejecuta el golpe con rapidez y fuerza. No avises ni telegrafíes tu acción. El golpe debe ser sorpresivo e imparable.
- Aprovecha el efecto del golpe para soltar tu cuerpo o para seguir atacando si es necesario. No te quedes paralizado ni esperes la reacción del agresor.
Ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta por detrás
A continuación te muestro algunos ejemplos de cómo ejecutar la llave de suelta por detrás según el tipo de agarre:
Tipo de agarre | Pie objetivo | |
---|---|---|
El agresor te agarra por detrás con su mano derecha por la cintura y te tira hacia atrás. | Golpea su pie derecho con tu pie izquierdo por el lado externo. | |
El agresor te agarra por detrás con su mano izquierda por los brazos y te inmoviliza. | Golpea su pie izquierdo con tu pie derecho por el lado interno. | |
El agresor te agarra por detrás con sus dos manos por el cuerpo y te aprieta. | Golpea sus dos pies con tus dos pies por los lados externos. | |
El agresor te agarra los dos pechos con sus dos manos por el centro. | Golpea sus dos codos con tus dos manos. | |
El agresor te agarra el pecho por los lados con una mano y te aprieta con la otra. | Golpea el codo de la mano que te aprieta con tu mano libre. |
Conclusión
En este artículo te he enseñado cómo defenderte de una agresión física, usando algunas técnicas de defensa personal. La defensa personal es el conjunto de habilidades y técnicas que te permiten protegerte de una amenaza física o verbal, usando tu cuerpo o algún objeto como arma. La defensa personal no es solo saber golpear o bloquear, sino también tener una actitud y una mentalidad adecuadas para afrontar el conflicto. Te he explicado cómo identificar y atacar los puntos débiles del agresor, cómo liberarte de diferentes tipos de agarres y cómo escapar de una situación peligrosa.
Espero que este artículo te haya sido útil e interesante, y que hayas aprendido algo nuevo sobre la defensa personal. Recuerda que la defensa personal no es solo una cuestión de fuerza o de violencia, sino también de inteligencia y de prevención. La mejor defensa es evitar el conflicto, pero si no es posible, debes estar preparado para defenderte y para proteger a los demás. La defensa personal es un derecho y una responsabilidad de todos.
Preguntas frecuentes
¿Qué es la defensa personal?
La defensa personal es el conjunto de habilidades y técnicas que te permiten protegerte de una amenaza física o verbal, usando tu cuerpo o algún objeto como arma.
¿Qué ventajas tiene aprender defensa personal?
Aprender defensa personal tiene muchas ventajas, como por ejemplo: aumentar tu confianza y tu autoestima, mejorar tu condición física y mental, desarrollar tu capacidad de reacción y de decisión, prevenir o reducir la violencia, y defender tus derechos y los de los demás.
¿Qué tipos de técnicas de defensa personal existen?
Existen muchos tipos de técnicas de defensa personal, según el objetivo, el nivel y el estilo que se quiera practicar. Algunos ejemplos son: golpes, bloqueos, llaves, proyecciones, luxaciones, inmovilizaciones, estrangulamientos, pellizcos, arañazos, mordiscos, etc.
¿Qué partes del cuerpo se pueden usar para golpear al agresor?
Se pueden usar diferentes partes del cuerpo para golpear al agresor y causarle daño. Algunas de las partes más efectivas y potentes son el codo, la cabeza y la rodilla. Estas partes son duras y resistentes, rápidas y precisas, sorpresivas e impredecibles, versátiles y adaptables.